APAREJO DEL LIENZO A LA GACHA O CRETA

Los pintores cuando se enfrentaban a la realización de un retrato tenían como principal finalidad conseguir plasmar el rostro como el espejo del alma y la mirada como extroversión del pensamiento.
Pero cuando los pintores se retrataban a sí mismos esa meta cambiaba, ya que lo que querían era enfrentarse a sí mismos en un proceso analítico de su “yo interior”. En este aspecto el más destacado de todos fue Rembrandt.
La pintura al óleo sobre tela exigía una preparación conocida entre los pintores barrocos como aparejar el lienzo. Según Pacheco este procedimiento se .podía hacer mezclando cola y yeso. Sin embargo, Palomino recoge la preparación a la gacha (cocer harina de trigo bien cernida, a esta pasta había que agregar agua de miel y algo de aceite de linaza antes de aplicarla sobre el lienzo), la finalidad era eliminar la porosidad de la tela. La paleta del pintor estaba formada por los siguientes colores: albayalde, tierras roja, verde, azul ultramar, bermellón, ocres, carmín, sombra de Venecia, amarillo de Nápoles, y negro de hueso calcinado o de carbón. Había algunos pintores que utilizaban pigmentos para alterar la blancura de la imprimación del lienzo y así poder conseguir distintos matices. Los pigmentos de la imprimación había que amasarlos con aceite de linaza y extenderlos con una brocha plana sobre el lienzo (en una capa muy delgada), de este modo el lienzo obtiene una imprimación gris perla como la que utilizaba Rubens.
El pintor que se muestra en el video va ha realizar uno de los autorretratos de Rubens, partiendo de una imprimación gris perla. Parte haciendo un vago dibujo de lo que será el retrato. Una vez que está hecho el dibujo a línea procede a rellenar con algunos toques de color la nariz, labios y ojos. Seguidamente aplica largas y densas pinceladas de amarillo plomo; también aplica rojos para las partes que quedarán en sombra. Más tarde funde los colores y comienza a hacer los detalles. De este modo se realiza el retrato solo por contrastes de luces y sombras. Aquí termina la primera parte del trabajo que el autor denomina como infrapintura. Antes de continuar con la obra el artista la examina, y también examina el grado de sequedad de la misma. Por lo que antes de continuar pintando habrá que refrescar los colores aplicando médium (aceite y barniz muy diluido en trementina). Una vez hecho esto ya se puede proceder a pintar. El pintor realiza veladuras, retoques y acentos cromáticos y lumínicos (con pinceles finos), que dotan a los ojos y otras partes de gran expresividad. El pincel a penas toca el lienzo, por lo que las pinceladas no se aprecian y la pintura no se amontona.
La pintura al óleo tendría muchas dificultades si no contase con un médium que permitiera matizar, aumentar su brillo y transparencia, además de permitir las veladuras. Por otro lado, el médium, lleva un secativo que acelera el proceso de secado para poder dar pronto la siguiente capa.
En la siguiente obra, el pintor parte de un retrato avanzado de Rembrandt con una imprimación cálida, ya que la paleta de éste pintor al igual que su técnica es distinta a la de Rubens. La técnica de Rembrandt se caracteriza por cargar los pinceles con mucha pasta poco diluida, no llega a fundir los planos y tiene cierto modelado impresionista. Rembrandt a la vez que pintaba, añadía materia al lienzo. Una vez que la pintura está seca, añade veladuras que dotan a la cara de un color más amarillento, retoca con la mano, insiste en las zonas que necesitan más color… Y una vez retocado el rostro, lo refuerza con la ayuda del fondo, pero siempre a base de veladuras. Rembrandt fue un gran maestro tanto del dibujo y como de la pintura.
Rubens y Rembrandt fueron dos genios de la pintura en la Europa del s.XVII.